Conocé nuestra historia

  • 1819

    El cacique Negro II, intercambia una amplia zona que incluye el actual territorio de chapadmalal por yerba, caballos y dinero al Señor Lorenzo López.

  • 1827

    Lorenzo López vende los derechos sobre la tierra a la Sociedad Rural.

  • 1854

    Don Narciso Martínez de Hoz quien adquiere 20.000 hectáreas en Chapadmalal.

  • 1888

    Creación de Estancia Santa Isabel

  • 1926

    Eduardo Martinez de Hoz, antiguo propietario del campo, conoce a la bella brasilera Dulce Liberal.

  • 1927

    Casamiento de Eduardo y Dulce en la Catedral de Notre Dame.

  • 1944

    Regreso de Eduardo y Dulce a la Argentina tras el avance del Nazismo en Francia.

  • 1996

    Henrique Liberal quien heredó la Estancia de Dulce y Eduardo la vende a los actuales propietarios, la familia Estrada Mora.

  • 1997

    El paisajista Gonzalo Bellocq realiza un replanteo de los jardines de la casa principal.

  • 1998

    Se transforma una vieja chanchería de 1919 en una capilla. Remodelación del salón de eventos, el sector de carruajes y bodega, la antigua carnicería, la capilla y el jardín de rosas.

Un poco más de historia…

La estancia Santa Isabel, tal como la conocemos hoy, pasó por manos de varios integrantes de la familia Martinez de Hoz hasta ser adquirida por la Familia Estrada, actuales propietarios.

La familia Martinez de Hoz tuvo un papel protagónico en el posicionamiento de Chapadmalal como zona agrícola ganadera de excelencia, se destacaron por

introducir al país tecnologías e innovaciones en el campo de la crianza de caballos, la ganadería y la agricultura que permitieron al país posicionarse en lo más alto de esas industrias siendo reconocido en los mercados más exigentes como Londres y París.

EDUARDO MARTINEZ DE HOZ Y DULCE LIBERAL

Una de las historias más pintorescas es la de Eduardo Martínez de Hoz quien fuera dueño de la estancia hasta el año 1976. La vida de Eduardo transcurre principalmente en Europa donde se destacó como uno de los principales turfmen de la época al formar un stud con corceles argentinos que ganaron en tres oportunidades el Grand Prix de París, en un período de 10 años, récord nunca superado.

Eduardo era un dandy de su época, viajaba mucho ganaba premios internacionales y no se perdía ninguna fiesta. Una noche, a fines de mayo de 1926 conoció al amor de su vida, una hermosa brasilera llamada Dulce Liberal.

Dulce Liberal había nacido en Río de Janeiro en el seno de una importante familia de Brasil. Su abuelo, había sido gobernador de Santa Catarina, Amazonas y Pernambuco. Dulce era viuda de Joao de Souza Lage con quien se había casado a los 19 años. El la doblaba en edad, tenía treinta y ocho años y era el dueño del diario O País. Para Dulce fue un golpe duro, pero se repuso pronto: antes que terminara el año había vendido el diario, y poco después se embarcaba en el vapor Andes, que iba desde Buenos Aires a Marsella. En ese viaje, de la mano de Aarón Anchorena, empezaría su nueva vida.

Anchorena, argentino y millonario, la había tomado a su cargo. La había atendido y homenajeado durante el viaje, y una vez llegados a París siguió acompañando a esa bella brasileña que vestía de luto. La fiesta en que la presentó a Eduardo Martínez de Hoz había sido organizada por él, y Dulce ya no usaba la ropa oscura del luto sino un vestido blanco de Chanel.

Si para alguien París era una fiesta, ese era Eduardo Martínez de Hoz. Llevaba en Francia cinco años, y se dedicaba a lo que mejor sabía hacer: criar caballos de carrera, cortejar mujeres hermosas y beber champagne.

Había aprendido el oficio en los campos en las estancias de Chapadmalal y se había convertido en un criador exitoso. En 1926, cuando conoció a Dulce, Martínez de Hoz integraba con la reina de Inglaterra y el sha de Persia el Comité de Honor del Turf.

Dulce sería, sin embargo, su hada de la suerte: durante el primer año que la visitó, y desde que comenzó a ir juntos a las carreras, sus caballos ganaron los trofeos Arco de Triunfo, el Gran Premio de París y el del Jockey Club, entre muchos otros.

El multimillonario argentino y la joven viuda brasileña estuvieron ocho meses de novios, y se casaron el 16 de febrero de 1927 en la catedral de Notre Dame. Fue un acontecimiento social que comentó el tout París, y el diario Le Figaro escribió una frase que se haría célebre: “El Brasil nos ha dado a la más bella de las argentinas”.

Pero los días de lujo en París iban a terminarse. En julio de 1939 una yegua del haras de Eduardo había ganado el Prix de Diane, en el hipódromo de Chantilly, y fue el último triunfo importante de sus caballerizas. El fantasma de la guerra asomaba sobre Europa, y Francia no saldría indemne.

En junio de 1944 lo que parecía imposible sucedió, y las banderas del mundo flamearon a media asta: las hordas de Adolf Hitler ocuparon París sin  encontrar resistencia y, precavidos, los millonarios argentinos fueron los primeros en irse.

Los Gómez Moreno, los Bemberg, los Anchorena y los Martínez de Hoz abandonaron pertenencias y bienes en manos de los criados, y Dulce, su marido y sus amigos huyeron de regreso a America del Sur.

LA FAMILIA ESTRADA MORA

Los actuales dueños compraron la estancia a Henrique Liberal, un sobrino de Eduardo y Dulce que había recibido la estancia de sus tíos. Desde la adquisición hasta el día de hoy se han realizado decenas de remodelaciones y nuevas obras como un salón de recepciones, sala de billar, quincho y vestuarios, cancha de tenis y cava. También se transforma una vieja chanchería de 1919 en una capilla.

 

El paisajista Gonzalo Bellocq realiza un replanteo de los jardines de la casa principal e incorpora nuevas áreas de paisajes hacia el campo acompañando las onduladas abras; el lago y el puente, el parque del arroyo, el sector del quincho y tenis, el salón de eventos, el sector de carruajes y bodega, la antigua carnicería, la capilla y el jardín de rosas.